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viernes, 26 de octubre de 2012

Yesod noveno sephirath....2....

  Desde el punto de vista mágico, Yesod es el Sephirah de importancia, lo mismo que Thiphareth es la Esfera funcional del misticismo, cuyos contactos trascendentales son dados con los Sephiroth Superiores. Si se observa el Árbol de la Vida como un todo, se verá claramente que funciona por triadas. Los Tres Superiores tienen sus correspondientes en un arco inferior, en Kjesed, Gueburah y Tiphareth. Cualquiera que tenga experiencia de la CÁBALA Practica, sabe que, para toda finalidad de este orden, Tiphareth es Kether para nosotros, en este tabernáculo de carne, pues nadie puede ver a Dios y sobrevivir. Solamente podemos ver al Padre reflejado en el Hijo y Tiphareth "nos muestra al Padre".   Netzach, Hod y Yesod forman la Triada Inferior iluminada por Tiphareth. lo mismo que el Yo inferior es alumbrado por el Yo Superior. En efecto, se podría decir que los cuatro Sephiroth inferiores forman la personalidad o unidad de encarnación del Árbol de la Vida: la Triada Superior. o Kiesed, Gueburah y Thiphareth, forma la individualidad o Yo Superior, y los Tres Supremos, corresponden a la Chispa Divina o Mónada.   Aunque cada Sephirah se sabe que engendra al que le sucede, se observará que las Triadas, una vez emanadas y en equilibrio, siempre están representadas como un Par de Opuestos manifestándose en un Tercer Término Funcional. En la Triada inferior vemos que Netzach y Hod están equilibrados en Yesod, que recibe sus emanaciones. Pero también recibe las emanaciones de Tiphareth y, por Tiphareth, de Kether, porque siempre hay una línea de fuerza que desciende a lo largo de un Pilar; por tanto, como recibe más de Netzach y Hod las influencias que llegan a éstos por medio de sus Pilares respectivos, se podría justamente decir con los cabalistas que Yesod es "el receptáculo de las emanaciones"; y es por Yesod que Malkuth recibe el influjo de las fuerzas divinas.   Yesod es también de una suprema importancia para todo ocultista práctico, siendo el primer Sephirah con el cual entra en -contacto, cuando quiere "elevarse en los planos", arrancando su conciencia de Malkuth. Habiendo franqueado el terrible Trigésimo segundo Sendero del Tau, o de la Cruz de los Dolores y de Saturno, entra en Yesod, la Mansión donde reinan las Imágenes, la Esfera de Maya, la Ilusión. Yesod, considerado en si, es la Esfera de la Ilusión, porque la Mansión donde reinan las Imágenes no es otra cosa que el éter reflector de la Esfera Terrestre, y corresponde en el microcosmos al Inconsciente de los psicólogos, pleno de antiguas cosas olvidadas, reprimidas desde la infancia de las razas. La clave que nos abre las puertas de la Mansión donde reinan las Imágenes y nos permite mandar a sus habitantes, se halla en Hod, la Esfera Mágica. En verdad se dice en los Misterios que no funciona en algún grado sino después de haber obtenido el siguiente. Cualquiera que pretenda actuar como mago en Yesod, se da cuenta inmediatamente de su error porque, aunque pueda percibir las Imágenes, en esta Mansión donde reinan, el no posee ninguna Palabra de Poder que le permita someterlas a su mando De la misma manera, en una iniciación del Sendero Occidental (el autor no puede hablar del Oriental, pues no lo conoce) los grados de los Misterios Menores nos conducen directamente hasta Tiphareth, a lo largo del Pilar Central, y no siguen el recorrido adoptado por el Rayo Fulgurante. En Tiphareth, el Iniciado franquea el primer grado del Adepto y, si lo desea, vuelve de allí para aprender la técnica relativa a la Personalidad del Árbol, es decir a la unidad macrocósmica de encarnación . Si no desea seguir este sendero, sino que prefiere librarse de la Rueda del Nacimiento y de la Muerte, continua su ruta a lo largo del Pilar Central, también llamado por los Cabalistas "Sendero de la Flecha" y, pasando por encima del Abismo, llega a Kether. A partir de este momento, quien entra en esta luz no puede volver a descender.   Yesod es también la Esfera de la Luna para comprender su sentido, debemos saber algo de la manera que en ocultismo es considerado nuestro satélite. Entre los Iniciados se estima que la Luna se separó de la Tierra en una época en que la evolución había alcanzado el límite que separa la fase de su desarrollo etérico de la fase de la materia densa. Los que están familiarizados con el lenguaje de que se sirven los astrólogos, saben que este límite o cúspide designa la fase común a dos signos, donde actúa su influencia doble. La luna, pues, tiene en su composición una parte material, o sea el globo luminoso que vemos en el cielo, pero la parte más importante de esta composición es etérica, porque el papel activo de la Luna tuvo lugar durante el periodo en que la vida se desarrollaba en formas etéricas; asimismo, por esta razón es llamada por algunos ocultistas "el Periodo Lunar". Aquellos que quieran saber mas sobre este tópico, encontrarán las enseñanzas pertinentes en el "Concepto Rosacruz del Cosmos", de Max Heindel, y en "La Doctrina Secreta", de la señora Blavatsky. Como el sistema de clasificación de los Cabalistas difiere del sistema Vedantino, no podemos abordar aquí el vasto tema de los "Rayos y Rondas". Bastará citar dogmáticamente ciertos hechos que los ocultistas conocen, indicando al lector donde puede hallar, si lo desea , una información más completa.   La Luna y la Tierra, según la teoría oculta, tienen un doble etérico común, a pesar de la separación de los cuerpos físicos, la Luna es el más antiguo de los dos astros; es decir, que en materia etérica, la Luna es el polo positivo de la batería en que la Tierra es el negativo. Yesod, como lo hemos visto, refleja el sol de Tiphareth, el cual es Kether en un arco inferior. Desde hace mucho tiempo los astrónomos nos han dicho que la Luna brilla con rayos prestados, porque refleja el sol; y en nuestros tiempos comienza a opinarse que el Sol recibe del espacio su fuerza ígnea. En términos cabalísticos, el espacio sería el Gran Inmanifestado y los Cabalistas han enseñado esta doctrina desde que Enoch fue a Dios y desapareció, porque Dios lo guardo; en otros términos desde que Enoch recibió la Iniciación de Kether.   De lo que precede resulta que Yesod-Luna está en un estado perpetuo de flujo y reflujo, porque la cantidad de luz solar recibida y reflejada por él, brilla y se apaga en su ciclo de veintiocho días. Malkuth, la Tierra, exactamente por la misma causa, está en un estado de flujo y reflujo durante veinticuatro horas. Así mismo, Malkuth, la Tierra, tiene un ciclo de trescientos sesenta y cinco dias, en el cual las fases se hallan marcadas por los Equinoccios y los Solsticios. Este juego de reacciones de esos reflujos es de gran importancia en el ocultismo práctico, porque es de él que depende el trabajo a efectuarse. Los ritmos de esas alternativas han sido mantenidos siempre ocultos, y algunos de ellos son excesivamente complejos. Como esto concierne al trabajo secreto, a los reales y legítimos secretos ocultos que solamente la Iniciación revela, nada se podrá decir en estas páginas. Sin embargo, lo que antecede bastará para indicar que existen ciertos ritmos importantes en el éter lunar, y que los estudiantes de Ocultismo pierden su tiempo si obran sin conocerlos.   Los reflujos lunares desempeñan un papel muy importante en los procesos fisiológicos de las planetas y en los de los animales, en la germinación y crecimiento de las plantas y en la generación de los animales, como lo prueba el ciclo de la mujer, que se da cada veintiocho días lunares. El macho tiene un ciclo basado en el año solar; pero, en las moradas recalentadas que le ha echo la civilización, este ciclo es mucho menos marcado; sin embargo, el poeta nos ha hecho observar que "cuando llega la primavera, la ligera fantasía del joven evoca el amor", y esto resulta tan incontrovertible que apenas si es necesario citarlo.   La luz de la Luna es el factor de esas actividades étericas, y como la Tierra y la Luna tienen en conjunto un solo doble éterico todas las actividades de este orden son fuertes sobre todo durante la Luna llena. Asimismo, durante el eclipse lunar, la energía etérica se encuentra en nadir, y las fuerzas inorgánicas tienden a expresarse y a causar perturbaciones; es entonces cuando el Dragón de los Qliphoth levanta sus múltiples cabezas. De consiguiente hay que abstenerse de todo trabajo oculto durante ese periodo, a menos de ser experto. Las fuerzas que dan la vida son relativamente débiles, y las fuerzas no organizadas, relativamente fuertes; en manos inexpertas, el resultado será el caos.   Todos los sensitivos, los psíquicos, son conscientes de estos ritmos cósmicos, y aun aquellos que no lo son, lo mismo se sienten afectado más de lo que comúnmente se cree, sobre todo cuando se esta enfermo, época en que decrecen las fuerzas físicas.   No se puede decir mucho con respecto a Yesod; en él se hallan incluidas las claves de las operaciones mágicas. Por tanto, nos es necesario contentarnos con dilucidar su simbolismo de manera más o menos críptica; los que tengan oídos para oír, que hagan uso de ellos.   Ya hemos notado la curiosa naturaleza doble de Netzach y de Hod, siendo la Imagen Mágica de Hod un hermafrodita y Venus Afrodita, que algunas veces es representada por los antiguos como teniendo barba. También en Yesod encontramos este simbolismo dual; y asimismo en Malkuth, como lo veremos de inmediato. Esto indica claramente que en cada uno de estos Sephiroth, que perte necen a los niveles inferiores del Árbol de la Vida, debemos reconocer un aspecto forma y un aspecto-fuerza. Esto resurge muy claramente tanto en Yesod como en Malkuth, a los cuales han sido asignados tanto dioses como diosas.   Yesod es esencialmente la Esfera de la Luna y, como tal, está bajo la presidencia de Diana, la diosa lunar de los griegos. Diana en primer lugar, es una diosa casta, eternamente virgen, y cuando el muy presuntuoso de Acteon la quiso importunar, fue destrozado por sus perros de caza. Por tanto, Diana era representada en Efeso como la diosa de los múltiples senos, y adorada como poder fecundo. Isis es también una diosa lunar, como lo indica la media luna que lleva en su frente y que en Hathor se convierte en cuernos de vaca; ahora bien, en todos los pueblos, la vaca es el símbolo típico de la maternidad. En el simbolismo cabalístico, lo órganos generadores son atribuidos a Yesod. A primera vista, todo esto no deja de intrigar, porque los símbolos parecen contradecirse. Sin embargo, un paso mas adelante nos hará descubrir lazos de asociación entre estas diversas ideas. La Luna está simbolizada por tres diosas: Diana, Selene o Luna y Hécate, siendo esta ultima propuesta a la hechicería, a los encantamientos, y también presidiendo los nacimientos.   Existe también un dios lunar importante: Thoth, el Señor de la Magia. Cuando vemos a Hécate en los griegos y Thoth en Egipto representando ambos a la Luna, no podemos dejar de reconocer, la importancia de la Luna en materia mágica. ¿Cual es, pues, la clave de la Luna Mágica, que tan pronto es una diosa virgen como una diosa fecunda?   No hay que buscar muy lejos la respuesta, porque se halla en la naturaleza rítmica de la vida de la mujer. Hay periodos en que Diana es la diosa de los múltiples senos, y otros en que aquellos que la molestan se ven despedazados por sus perros.   Estudiando los ritmos lunares, tenemos que vérnosla con condiciones etéricas y no físicas. El magnetismo de los seres vivientes obedece a leyes definidas; esta es una observación que se puede hacer fácilmente cuando uno conoce la meta perseguida. Aparece con mayor claridad en la relación de personas cuyos magnetismos diferentes están en mutuo equilibrio. Tan pronto es uno como otro el que trae ese magnetismo en equilibrio.   Ahora uno podría preguntarse si la Esfera de Yesod es etérica, por que le son asignados precisamente los órganos generadores, pues seguramente su función, si la hubiera, es física. La respuesta a esta pregunta se halla en el conocimiento de los aspectos más sutiles del género los cuales parecen por completo olvidados por el mundo occidental. No podemos entrar en detalle, pero bastará indicar que los aspectos del género más importantes son etéricos y magnéticos. Podríamos comparar el género a un iceberg, cuyos cinco sextos están por debajo de la superficie del agua. Las relaciones físicas del género, las solas que actualmente se conocen, no son más que una pequeña parte, y de ninguna manera la más importante. A causa de nuestra ignorancia al respecto, son debidos tantos matrimonios modernos que faltan a su misión esencial: unir dos partes en un conjunto perfecto.   Casi no damos importancia al lado mágico del matrimonio, que, sin embargo, la iglesia clasifica como un sacramento. Ahora bien: un sacramento se define como el signo exterior y visible  de una gracia espiritual interior, y es esta gracia interior e invisible que tan raramente se encuentra en los matrimonios entre las razas anglosajonas, de temperamento relativamente frío, que desprecian el cuerpo. Esta gracia interior y espiritual que convierte en un verdadero sacramento el matrimonio, en su género no es una gracia de sublimación, una gracia de renunciamento, ni tampoco una pureza negativa de abstinencia y restricción; es la gracia de la bendición que Pan acuerda a la dicha de los objetos naturales, aquella que Walt Whitman, por ejemplo, expresa tan magníficamente en sus poemas Los Hijos de Adán.   El hecho de atribuir a Yesod las sandalias y los perfumes, está pleno de significados. Estas dos cosas desempeñan un papel capital en las operaciones mágicas. Las sandalias, o pantuflas livianas y sin talón, que dejan al pie en libertad de movimientos, han sido siempre empleadas en las ceremonias para franquear el círculo mágico. Son tan importantes para el ocultista práctico, como podría serlo el cetro de poder. En la Biblia, dice Dios a Moisés: "Quita los zapatos de tus pies, porque el lugar que huellas es sagrado". El Adepto hace una tierra sagrada del solar donde posa sus pies, revistiéndolos con sandalias bendecidas. La alfombra, de un color apropiado, y marcada por los símbolos deseados, es también una parte importante de lo que debe contener la Logia. El tapiz o pavimento está destinado a concentrar el magnetismo terrestre usado en la operación, así como el altar es el hogar de los poderes espirituales. A través de nuestros calzados absorbemos el magnetismo terrestre; cuando éste es de una clase especial, debemos tener un calzado también especial, a fin de no profanarlo.   Los perfumes son también un factor importante de las operaciones ceremoniales, porque representan el lado etérico. Su influencia psicológica es conocida, pero el arte de dirigirla ha sido estudiado muy poco fuera de las logias ocultas. El uso de los perfumes es uno de los medios más eficaces para obrar sobre las emociones, y por tanto, para cambiar conscientemente el hogar. Cuán rápidamente se substraen nuestros pensamientos al imperio de las cosas terrestre cuando nos llega el humo del incienso quemado en el altar; pero cuando nos penetra un olor de naftalina, ellos vuelven de nuevo.   En las cuatro cartas del Tarot asignadas a este Sephirah aparecen claramente a nuestros ojos los efectos del magnetismo etérico. Poseemos el Gran Vigor, cuando estamos en contacto con la Tierra, bajo las bendiciones de Pan; entonces hay Dicha Material; en efecto, sin las bendiciones de Pan no es posible ninguna Dicha Material, porque no hay paz para los nervios. Sin embargo, por el lado negativo, se encuentran las profundidades de la Desesperación, de la Crueldad, pero teniendo nuestros pies firmemente en contacto con nuestra madre la Tierra llega el Éxito material, porque entonces somos capaces de actuar en el plano de la materia.

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