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viernes, 26 de octubre de 2012

Malkuth el décimo sephirath....1.....

   - TÍTULO: Malkuth, el Reino. (Letra hebreas: Mem, Lamed, Vau, Tau)    - IMAGEN MÁGICA: Una joven coronada, sobre un trono.    - POSICIÓN EN EL ÁRBOL: En la base del Pilar del Equilibrio    -TEXTO YETZIRÁTICO: El Décimo Sendero es llamado la Inteligencia Resplandeciente, porque está exaltada por encima de toda cabeza, y se sienta en el trono de Binah. Ilumina los esplendores de todas las Luces, y hace emanar una influencia del Príncipe de las Fases, el Ángel de Kether.    - TÍTULO DADOS A MALKUTH: El Umbral. El Umbral de la Muerte. El Umbral de la Sombra de la Muerte. El Umbral de las Lágrimas. El Umbral de la Hija de los Poderes. El Umbral del Jardín del Edén. La Madre inferior. Malkah, la Reina. Kallah, la Novia. La Virgen.    - NOMBRE DIVINO: Adonai Malekj, o Adonai ja Aretz.    - ARCÁNGEL: Sandalphon.    - CORO ANGÉLICO: Ashim, Almas de Fuego.    - CHAKRA MUNDANO: Cholem ha Yesodoth (Kjolém ja Yesodoth). Esfera de los Elementos.    - EXPERIENCIA ESPIRITUAL: Visión del Santo Ángel Guardian.    - VIRTUD: Discernimiento    - VICIO: Avaricia, Inercia.    - CORRESPONDENCIA EN EL MICROCOSMOS: Los pies, el ano.    - SÍMBOLOS: Altar de doble cubo. La Cruz de brazos iguales. El Círculo Mágico. El Triángulo de arte.    - CARTAS DEL TAROT: Los Cuatro Diez. Diez de Bastos: Opresión Diez de Copas: Éxito perfecto. Diez de Espadas: Ruina Diez de Oros: Opulencia.    - COLOR EN ATZILUTH: Amarillo COLOR EN BRIAH: Limón, oliva, carmín y negro. COLOR EN YETZIRAH: Limón, oliva, carmín y negro moteado de oro. COLOR EN ASSIAH: Negro con listones amarillos.    Se observará que la conformación del Árbol de la Vida importa naturalmente tres triángulos funcionales, pero que Malkuth no participa de ninguno; se halla aislado, y los cabalistas dicen que él recibe las influencias y emanaciones de los otros Sephiroth. Aunque Malkuth sea el único Sephirah que no participa de ningún triángulo, es también el único que se representa como teniendo diversos colores en vez de uno solo, porque está dividido en cuatro partes asignadas a los cuatro elementos de la Tierra, Aire, Fuego y Agua. Y, aunque no es funcional en ningún triángulo, representa el resultado final de todas las actividades del Árbol. Es el nadir de la evolución, el punto extremo del arco descendente a través del cual debe pasar toda la vida antes de retornar a su fuente primitiva.    Malkuth es llamado la Esfera de la Tierra. Pero no debemos caer en el error de creer que los cabalistas significan con ello únicamente la Esfera de la Tierra. Ellos teníán igualmente en vista el Alma de la Tierra, es decir, el aspecto de la materia psíquica y sutil, el nóumeno interior del plano físico que da lugar a todos los fenómenos. Y lo mismo pasa con los cuatro elementos; no son la tierra, el aire, el fuego y el agua, tales como son conocido por los físicos, sino las cuatro condiciones según las cuales puede existir la energía. El ocultista distingue éstas de sus contrapartes visibles, llamándolas: el Aire del Sabio, o la Tierra del Sabio, según sea el caso, es decir el elemento Aire o el elemento Tierra, tal como lo percibe el Iniciado.    El físico reconoce que la materia existe en tres estados diferentes. En primer lugar, como sólido, cuyas partículas componentes se adhieren firmemente una a otra; en segundo lugar, como líquido, donde las partículas se mueven con una libertad relativa; en tercer lugar, como gas, cuyas partículas tienden a separarse lo más posible unas de las otras, o, en otros términos, a difundirse. Estos tres modos de materia corresponden a los tres elementos de Tierra, Aire y Agua, y la electricidad al elemento Fuego. La Ciencia Oculta clasifica todos los fenómenos que se manifiestan en el plano físico, bajo estos cuatro rubros, como ofreciendo la mejor clave para comprender su verdadera naturaleza y reconoce que cualquier fuerza, en ciertas condiciones, puede pasar de uno de esos estados a otro, como por ejemplo el agua, de la que sabemos que puede presentarse como hielo o con su fluidez ordinaria.    El ocultista ve en Malkuth el resultado final de todas las operaciones; no es antes que los pares de opuestos hayan concluido de instaurar un equilibrio estable, de donde resulta el estado de Tierra o coherencia, que se puede decir que en verdad hayan terminado un ciclo de experiencia. Cuando esto es obtenido, construyen un vehículo permanente de manifestación y convierten regulares sus reacciones; la maquinaria de expresión así obtenida, llega a ser autorreguladora, y funciona con un mínimo de atención; las válvulas del corazón humano, por ejemplo, se abren y cierran con una regularidad perfecta,en respuesta a un ciclo estereotipado de impulsos nerviosos y a la presión de la sangre.    El gran punto capital del cual es necesario acordarse, concerniente a Malkuth, es que en él se completa la estabilidad. Esta cualidad es posible, dada la inercia de Malkuth. Los demas Sephiroth son dinámicos en grados variables; el mismo Pilar del Centro establece solamente el equilibrio como función, como un hombre que logra marchar sobre una cuerda.    Como sucede con los otros Sephiroth, Malkuth no puede ser comprendido sino en relación con sus vecinos; pero, en este caso, no hay más que uno: Yesod. No es posible comprender a Malkuth si antes Yesod no ha sido comprendido.    Porque si Malkuth, esencialmente, es la Esfera de la forma, toda coherencia de partes, excepto las presiones mecánicas y las atracciones y repulsiones magnéticas, depende de las funciones de Yesod. Y Yesod, aunque es esencialmente un Sephirah productor de formas, para las manifestaciones de sus actividades depende de la substancia que le ofrece Malkuth. Las formas de Yesod son "la tela con que se tejen los sueños" hasta que hayan absorbido las partículas densas de Malkuth para hacer el cuerpo de estas formas. Son sistemas de presiones en cuya armazón están incrustadas las partículas físicas.    Lo mismo es para Malkuth: su materia es inanimada hasta que recibe los influjos de las fuerzas de Yesod, que la animan.    Debemos concebir el plan físico como el signo exterior y visible de la invisible actividad etérica. Malkuth, en su esencia primera, no es conocido sino con ayuda de los instrumentos del físico. Se sobrentiende que donde hay vida, está también Yesod, porque Yesod es el vehículo de la vida; pero también es necesario comprender que doquiera exista cualquier rastro de actividad eléctrica o de conductividad, en los cristales, en los metales o ingredientes químicos, hay una fuerza Yesódica que funciona. A esto odedece que ciertas substancias sean aptas para servir de talismanes, porque son capaces de acopiar una cierta cantidad de fuerza astral.    En estas páginas es imposible entrar en un estudio detallado de física oculta; sin embargo, es necesario decir bastante para que el estudiante pueda comprender los principios que está en el trasfondo del concepto del mundo físco, el cual es menester verlo como una túnica visible tejida sobre un patrón invisible.    Es indispensable comprender la naturaleza exacta de la relación entre Yesod y Malkuth, vista la importancia de éste en el trabajo oculto práctico. Como se sabe, Yesod es el principio que da la forma, y toda forma construída en su Esfera tenderá a tomar un cuerpo en la de Malkuth, a menos que no contenga en sí factores irreconciliables, porque de inmediato tenderá a atraer las condiciones de la expresión material. Por tanto, las partículas materiales son extremadamente resistentes e inertes en su naturaleza, y sólo trabajando en el aspecto más tenue de la materia llamado Elemento Fuego por los Iniciados, las fuerzas Yesódicas pueden producir su efecto. Tan pronto como se obtiene una respuesta de ese Fuego Elemental, los otros Elementos, a su vez, pueden experimentar alguna influencia.    Sin embargo, el Fuego Elemental es una especie de subestado de la materia, del cual los físicos más adelantados tienen sólo una vaga idea. Se le podría llamar más un estado de relaciones que una cosa en sí. El Aire Elemental puede ser considerado com completando esas relaciones y, de consiguiente, como el principio vital de la vida física; porque sólo en la medida en que la materia es capaz de organización es posible la substancia organizada. El Agua Elemental, el Agua de los Sabios, es en verdad protoplasma; y la Tierra Elemental es materia inorgánica.    Cada uno de estos tipos de fuerza organizada y de capacidad de reacción tiene una naturaleza propia bien definida, de la cual no se desviará en lo más mínimo, aunque se interpusieran todas las fuerzas del Cosmos. Pero, como hay relaciones de influencia y expresión definidas entre esos cuatro estados de elementos, sirviéndose de esas influencias es posible obtener ciertos resultados que, por no comprenderlos, se les da el nombre de magia. Por supuesto, es asunto de la magia el manipular esas formas elementales sutiles; pero lo es también de la vida, y si la magia debe ser algo más que una pura y simple autosugestión, le es necesario emplear los métodos de la vida, es decir, que ella debe trabajar por medio del protoplasma, pues éste, en su curiosa estructura, parecida a una tela de araña, sirve de vehículo al sutil poder magnético del Fuego de los Sabios, transmitido por el aire elemental. En otros términos, el operador debe emplear su propio cuerpo para comenzar; porque el magnetismo de su propio protoplasma es el que provee una base de manifestación a toda fuerza que está introducida en la Esfera de Malkuth. Llevado a su lógica conclusión, esto es el principio de la generación, tanto de los protozoarios como de los espermatozoides.    El concepto moderno de la materia se aproxima a aquel que la ciencia esotérica mantiene por verdadero desde tiempos inmemoriales. Lo que perciben nuestros sentidos es el conjunto de los fenómenos atribuíbles a la actividad de las diferentes fuerzas que, comúnmente, están combinadas y organizadas. Sólo por la percepción de la naturaleza de esas fuerzas puede ser comprendida la materia. La Ciencia Esotérica aborda el problema, refinando su concepto sobre la materia hasta vaciarla de substancia. Lo que el físico cree que es mateia, es más bien apariencia visible.    El ocultista, observando el problema desde el punto de vista exactamente opuesto, ve que materia y espíritu son dos aspectos de la misma existencia, pero que llega un punto en las investigaciones donde es más provechoso cambiar de terminología, y hablar de fuerzas y formas en términos de psicología, como si ellas tuviesen forma y conciencia. Esto, según él, nos permite comprender los fenómenos que observamos, mucho mejor que quedando limitados a términos sólo aplicables a la materia ciega e inanimada, a la fuerza sin dirección. Dada la naturaleza de nuestro intelecto, siempre es bueno usar la analogía como de un medio para comprender; si las analogías a las cuales recurrimos en este nivel de la investigación son las de la materia inanimada, las encontraremos tan poco adecuadas que engendrarán la limitación y el error, y, más que aclarar, obscurecerán.    Si, por el contrario nos servimos de la terminología de la vida, de la inteligencia y de la voluntad consciente, teniendo cuidado de adaptarla congruentemente a las necesidades de un estado de desenvolvimiento muy rudimentario, como el que consideramos, encontraremos una analogía inspiradora en vez de enceguecedora, y que nos permitirá dar un paso más adelante en la comprensión del problema.    Es por esta razón que el ocultista personifica las fuerzas sutiles, y las llama Inteligencias. Las aborda como si en efecto fuesen Inteligencias, y entonces descubre en su propia naturaleza y conciencia un lado sutil que responde a ellas, las cuales, al menos ésta es su esperanza, le responden. En todo caso, haya o no una mutua respuesta, sus poderes para tratarlas son, por este medio, enormemente más desarrollados que los que él posee cuando se limita a ver en ellas "una ocurrencia fortuita de accidentes sin relación entre sí.

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