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jueves, 25 de octubre de 2012

Kjokmah segundo sephirath....2...

 El texto Yetzirático asignado a Kjokmah es sumamete obscuro, como de costumbre; pero es posible entresacar de él algunas vislumbres muy ilustrativos. El Segundo Sendero como se denomina a Kjokmah se llama de la Inteligencia Iluminadora. Ya nos hemos referido al Verbo Creador que dijo : "Hagase la luz". Entre los símbolos asignados a Kjokmah en "777 (Mathers-Crowley) figura la Túnica Gloriosa Interior, que es un término gnóstico. Conjuntamente, estas dos ideas nos conducen al concepto de la vida animadora, el espiritu que ilumina. Es la energía masculina la que en todos los planos implanta la chispa fecundante en el óvulo pasivo y transforma su latencia en crecimiento activo y en evolución. Es la fuerza dinámica de la vida, que es espíritu; la que anima la arcilla de la forma física, que es la Túnica Interior de Gloria que llevan todos los seres en quienes alienta la vida. La Fuerza encarnada en la forma y la forma animada por la fuerza es lo que significa la Inteligencia Iluminadora y la Túnica Interna de Gloria.    El texto Yetzirático también llama a Kjokmah la Corona de la Creación, significando que Kether es algo más bien externo al universo manifestado, que implicado y absorbido en él. En realidad, es la fuerza viril de Kjokmah la que da el impulso de la manifestación, y, de consiguiente, es anterior a la manifestación misma. La voz del Logos clamó "Hagase la Luz" mucho antes de que las aguas fueran separadas y apareciera el firmamento. Esta idea se destaca aún más con la frase del texto Yetzirático que, al hablar de Kjokmah, lo denomina Esplendor de la Unidad, clara indicación de su afinidad con Kether, parangonándolo con la Unidad más que con los planos de la forma dual. La palabra Esplendor, como se emplea aquí, indica claramente una emanación o irradiación, y nos induce a pensar que Kjokmah es la influencia emanante del Ser Puro más que una cosa en sí; y esto nos conduce nuevamentge a una mejor comprensión y entendimiento del género. Sin embargo, conviene aclarar debidamente que la Esfera de Kjokmah no tiene nada que ver con los cultos de la fertilidad como tales, salvo la masculinidad, la fuerza dinámica en sí misma, dadora primaria de la vida e impulso de toda manifestación. Aunque las manifestaciones superior e inferior de la fuerza dinámica sean las mismas en esencia, se encuentran en niveles distintos. Príapo no es idéntico a Yejovah; sin embargo, la raíz de Príapo se encuentra en Yejovah, y la manifestación de Dios Padre, es Príapo, como lo indica el hecho que los rabbis llamaban a Kjokmah Yod de Tetragrammaton, y Yod es idéntico al lingam de esa fraseología.    Es curioso que el Sepher Yetzirah diga, con respecto a dos de los Sephiroth, que ellos se encuentran exaltados sobre toda cabeza, lo cual parece una afirmación contradictoria, pero en el hecho de que dicha afirmación se haga con respecto a Kjokmah y Malkuth encontramos cierta iluminación, si reflexionamos sobre su significado. Kjokmah es el Padre Supremo, siendo Malkuth la Madre Inferior; y el mismo texto que la declara exaltada sobre toda cabeza, agrega también que se sienta en el Trono de Binah la Madre Superior, la parte negativa de Kjokmah. Ahora bien: Kjokmah es la forma más abstracta de la fuerza, y Malkuth la más densa de la materia; de manera que en esa declaración encontramos un vislumbre de que cada uno de ese par de opuestos es la manifestación suprema de su propio tipo, siendo ambos igualmente sagrados, aunque de distinta manera.    Es necesario que distingamos entre el rito de la fertilidad, el rito de la vitalidad y el de la Iluminación o Inspiración, que es la que invoca y hace descender las lenguas flamígeras de Pentecostés. El culto de la fertilidad busca, lisa y llanamente, la reproducción, sea de los rebaños o de la progenie humana; pertenece a Yesod y no tiene nada que ver con el culto de la vitalidad que corresponde a Netzach, la Esfera de Venus-Afrodita.    Esto está vinculado con ciertas enseñanzas esotéricas muy importantes sobre las influencias vitalizadoras o magnéticas que los géneros tiene entre sí, aparte por completo del intercambio físico, y de las cuales nos ocuparemos cuando entremos a considerar la Esfera de Venus: Netzach.    El rito de Kjokmah, si así puede llamárselo, se refiere al influjo de la energía cósmica. Es amorfo, siendo el impulso puro de la Creación dinámica; y siendo informe, la Creación a que de lugar puede asumir cualesquiera de todas las formas. De ahí la posibilidad de sublimar la Fuerza creadora, extrayéndola de su aspecto puramente priápico.    Que nosotros sepamos, no existe una magia ceremonial que corresponda a ninguno de estos Tres Supremos. Sólo podemos ponernos en contacto con ellos participando de su naturaleza esencial. Kether, el Ser puro, lo podemos realizar o ponernos en su contacto sólo cuando alcanzamos la naturaleza de Su existencia sin partes, atributos ni dimensiones. A esta experiencia se la llama, por propiedad, Trance de la Aniquilación, y los que pasan por ella se marchan con Dios y no vuelven más, porque El se los ha llevado. Por tanto, la experiencia asignada a Kether es la de la Unión Divina, y los que la experimentan entran en la Luz y no vuelven más.    Para ponernos en contracto con Kjokmah tenemos que experimentar el flujo de energía cósmica en su forma pura; una energía tan tremenda que el ser humano mortal se funde y disgrega en ella. Cuenta la leyenda que cuando Semele, la madre de Dionisio, vio a Zeus, su divino amante, en forma divina con el rayo, ella se quemó y estalló, dando nacimiento a su hijo prematuramente.    La experiencia espiritual asignada a Kether es la visión de Dios cara a cara. Dios (Yejovah) dijo a Moises " No puedes contemplar Mi rostro y sobrevivir".    Aunque la visión del Padre Divino desintegre a los mortales, como el fuego, el Hijo Divino puede ser invocado mediante los ritos adecuados: la Bacanalia, en el caso del hijo de Zeus, y la Eucaristía, en el caso del hijo de Jehovah. Vemos, pues, que existe una forma inferior de la manifestación, que nos muestra al Padre; pero este rito debe su efectividad solamente al hecho de que del Padre Kjokmah, deriva su Inteligencia Iluminadora, su Túnica Interior de Gloria.    El grado de iniciación correspondiente a Kjokmah, se dice que es de Mago; y los instrumentos mágicos que se atribuyen a este grado son : el Falo y la Túnica Interior de Gloria. Esto nos enseña que esos símbolos tienen un significado microcósmico o psicológico, como también uno místico y macrocósmico. La Vestidura Interior de Gloria debe significar, seguramente, esa Luz interna que ilumina a todo ser humano que viene al mundo, la visión espiritual merced a la cual el místico discierne las cosas espirituales, la forma subjetiva de la Inteligenncia Iluminadora a que se refiere el texto del Sepher Yetzirah.    El Falo o Lingam es uno de los instrumentos o armas mágicas del iniciado que opera en el Grado de Kjokmah, lo que nos habla del conocimiennto espiritual del género y del significado cósmico de la polaridad que pertenecen a este grado. Quien sea capaz de ver bajo la superficie, en cuestiones mágicas y místicas, no dejará de darse cuenta de que la comprensión de la tremenda y misteriosa potencia que una de sus manifestaciones llamamos "género" encierra la clave de un gran poder. No es por nada que las imágenes impregnan todas las visiones del vidente, desde el Cantar de los Cantores hasta el Castillo Interior.    Por lo antedicho no debe deducirse, ni mucho menos, que estemos abogando por los ritos orgíasticos como Sendero de Iniciación, sino queremos decir que, sin la debida comprensión y entendimiento del aspecto esotérico del género, el Sendero es un callejón sin salida. Freud explicó claramentre la verdad a nuestra generación cuando indicó que el género es la clave de la patología psicológica aunque cometió el error de convertirla en la única clave de las nueve cámaras del alma humana. Así como no puede existir la salud subconsciente si no hay armonía en la vida tampoco puede existir ninguna operación positiva y dinámica en los planos de la supra consciencia, a menos que se comprendan y observen rigurosamente las leyes de la polaridad. Para muchos místicos que tratan de huir de la materia refugiándose en el espiritu, estas palabras podrán parecer un poco duras; pero la experiencia demostrará que son verdaderas. Por tanto, hay que decirlas, aunque sean pocos los que las agradezcan.   El tremendo flujo descendente de las energías de Kjokmah, invocados por medio del Nombre Divino de cuatro letras, ya del Yod macrocósmico al Yo microcósmico, y allí es sublimado. A menos que la mente subconsciente esté libre de disociaciones y represiones, y todas las partes de la múltiples naturalezas humanas, debidamente coordinadas y sincronizadas, ese flujo de fuerza puede provocar reacciones y síntomas patológicos. Esta no quiere decir que quien invoca a Zeus sea, a la vez, un adorador del Príapo, pero sí significa que nadie puede sublimar una disociación. Cuando el canal está libre de obstrucciones, el flujo descendente puede dar vuelta en el nadir y convertirse en un flujo ascendente, factible de ser dirigido hacia cualquier esfera o canal que se desee; pero, agrade o no, el hecho es que se trata de un flujo descendente antes que pueda convertirse en uno ascendente; y si nuestros pies no están firmes sobre la tierra elemental, estallaremos como viejos odres de vino.    Todo ocultista práctico sabe que Freud ha dicho la verdad, aunque no todas; pero no lo manifiestan por temor de ser acusados de falacismo o de prácticas orgiásticas. Todas las cosas tienen su lugar debido, aunque no en el Templo del Espíritu Santo; negarles su puesto es una locura que la época victoriana debio pagar bien caro con una abrumadora cosecha de psicopatologías.   Cuando operamos dinámicamente en cualquier plano, estamos actuando en el Pilar derecho del Arbol y extraemos la energía primaria que utilizamos, de la fuerza de Yod de Kjokmah. En este punto debemos mencionar el hecho de que la correspondencia microcósmica de Kjokmah es el lado izquierdo del rostro. La correspondencia macrocósmica y microcósmica desempeñan un papel importantísimo en la práctica. El macrocosmo u Hombre Mayor es, por supuesto, el Universo mismo, mientras que el microcosmo es el humano individual. Se dice que éste es el único ser que tiene una naturaleza cuádruple que corresponde exactamente a los niveles del costado. A los ángeles les faltan los niveles inferiores y a los animales, los superiores.    Las referencias que se hacen al microcosmos no deben ser tomadas crudamente como si representaran las distintas partes del cuerpo físico, porque tienen relación con el aura y las funciones de las corrientes magnéticas de la misma; siempre debe tenerse presente, como dice el Swami Vivekananda, que lo que en el hombre esta a la derecha se encuentra a la izquierda en la mujer. Además, hay que recordar que lo que es positivo en el mundo físico es negativo en el plano astral, nuevamente positivo en el mental y negativo en el espiritual, como lo indican los entrelazamientos de las dos serpientes, blanca y negra, que forman el caduceo de Mercurio. Si se coloca este caduceo sobre el árbol, cuando éste ha sido preparado para representar los cuatro mundos de los cabalistas, se forma un jeroglífico que revela la operación de la ley de Polaridad en relación con los distintos planos. Este es un joroglífico importantísimo que rinde buenos frutos en la meditación.    De todo esto podemos deducir que cuando un alma se encuentra encarnada en un cuerpo femenino funcionará negativamente en Assiah y Briah, y positivamente en Yetzirah y Atziluth. En otras palabras, la mujer, física y mentalmente, es negativa, pero psíquica y espiritualmente es positiva, sucediendo lo contrario en el hombre. En los iniciados hay una compensación considerable, porque cada uno aprende la técnica necesaria con respecto a los métodos psíquicos, positivos y negativos. La chispa Divina que constituye el núcleo de toda alma viviente es, por supuesto, , y contiene aquélla. En las almas más evolucionadas el aspecto comprensador está desarrollado por lo menos hasta cierto punto. La mujer puramente femenina o el hombre puramente masculino están hipersexualizados, juzgándolos por las normas civilizadas, y sólo pueden encontrar un lugar apropiado en las sociedades primitivas, en las que la fertilidad es la exigencia primaria que la colectividad tiene respecto a sus mujeres, y la caza y la guerra la constante ocupación de los hombres.   Esto tampoco quiere decir que las funciones físicas del género estén pervertidas en el iniciado o que en algunas formas se altere la configuración de su cuerpo. La Ciencia Esotérica enseña que la forma física y el tipo racial que el alma asume en cada encarnación están determinados por el destino o karma y que la vida tiene que ser vivida de acuerdo con él. Es muy arriesgado para nosotros tratar de introducir cambios en nuestro cuerpo físicos o tipo racial, y tenemos que aceptarlo como base de nuestras operaciones, utilizando los sistemas adecuados en cada caso. Hay ciertas operaciones y determinadas actividades en una logia para las cuales es más indicado un cuerpo masculino que uno femenino, y cuando hay que realizar trabajos prácticos se eligen los operadores de acuerdo con su tipo. Pero cuando se trata simplemente de realizar los rituales relativos al ejercitamiento de un iniciado entonces se acostumbra dejar que cada uno ocupe por turno los diferentes puestos para que así vaya aprendiendo a manejar los distintos tipos de energías y se vaya equilibrando debidamente.    Benjamín Kidd, en su estimulante obra "The Sciencie of Power"(La Ciencia del Poder), señala que el tipo más elevado del ser humano que pueda concebir es el que se aproxima al niño. En éste observamos el tamaño relativamente enorme de la cabeza comparando con el peso del cuerpo y que las caractéristicas secundarias apenas están presentes. En forma modificada, encontramos las mismas tendencias en el adulto civilizado. El tipo humano más elevado no es el del hirsuto gorila ni el de la mujer de opulentos pechos. La tendencia de la civilización es la de crear un tipo que se va aproximando a ambos géneros en lo que concierne a las caracteristicas secundarias del mismo. ¿ Qué porcentaje de varones civilizados podrían dejarse crecer una barba realmente patriarcal? Sin embargo las caracteristicas primarias deben mantenerse íntegramente, pues de lo contrario la raza perecería rápidamente y no tenemos motivos alguno para suponer que así es el caso aun entre nuestros más modernos epicenos que llenan los tribunales de divorcio con pruebas abundantes de su rebosante filoprogenitividad.    Podemos comprender perfectamente todas estas cosas cuando se las coloca bajo la luz que arroja el Arbol. Los dos Pilares, el positivo de Kjokmah y el negativo dle Binah, corresponden respectivamente a Ida y Pingala del sistema Yogui. Estas corrientes magnéticas que circulan por el aura, paralelas a la espina dorsal, se llaman las corrientes Solar y Lunar. En las encarnaciones masculinas trabajamos principalmente con la corriente solar, el fertilizador; y en las femeninas utilizamos predominantemente las fuerzas Lunares. Si deseamos trabajar con la fuerza opuesta a la que tenemos, debemos hacerlo utilizando nuestro modo natural como base de la operación, reflejándola. El hombre que quiere utilizar las fuerzas lunares tiene que emplear algún artificio que le permita hacer que sus fuerzas solares naturales "reflejen", y la mujer que desea utilizar las fuerzas solares emplea un procedimiento mediante el cual puede enfocarlas en sí mismas y reflejarlas.    En el plano físico los géneros se unen; así el hombre que engendra un hijo en la mujer, aprovechando las fuerzas lunares de ésta. La mujer, por su parte, al desear crear y no pudiendo hacerlo por sí propia, seduce al hombre mediante el poder del deseo, hasta que lo conquista, y queda impregnada con sus fuerzas solares.    En las operaciones mágicas, el hombre o la mujer que desea utilizar fuerzas de cáracter opuesto al que tiene su vehículo físico, lleva su conciencia al plano en el cual éstas tengan la conciencia con la polaridad deseada y ejecuta su obra desde allí. El sacerdote de Osiri algunas veces usa los espíritus elementales para suplementar su propia polaridad y las sacerdotisas de Isis invocan con el mismo fin las influencias ángelicas.    Como toda manifestación se produce de acuerdo con los pares de opuestos, el principio de polaridad está siempre implícito no sólo en el Macrocosmos, sino en el Microcosmos. Compréndiendolo y sabiendo cómo aprovechar las potencialidades que ofrece, podemos elevar nuestros poderes muy por encima de lo normal. También podemos utilizar el medio circundante como yunque y descubrir las potentes fuerzas de Kjomah en los libros, en las tradiciones raciales, en nuestra religión, en nuestro amigos y asociados. Porque de todos ellos podemos recibir los estímulos que fecundan y nos convierten en creadores, mental, emocional y dinámicamente. Podemos hacer que en nuestro ambiente circundante actúe como Kjokmah sobre nuestro Binah, o inversamente, operar como Kjokmah, sobre su Binah. En los planos sutiles la polaridad no es fija, sino sólo relativa. Lo que es más fuerte que nosotros es positivo con respecto a nosotros mismos y nos torna automáticamente negativos a su respecto. Si somos nosotros los más fuertes, en cualquier sentido, nos hace positivo a ese respecto, pudiendo asumir entonces el papel correspondiente. En todos los trabajos prácticos esta polaridad fluídica, sutil, siempre fluctuante, es uno de los factores más importantes, siempre que la comprendamos perfectamente y seamos capaces de aprovecharla. Entonces podremos hacer cosas muy notables y poner sobre una base muy distinta nuestras vidas y relaciones con nuestro medio ambiente circundante.    Tenemos que aprender cuándo podemos funcionar como Kjokmah y engendrar hijos en el mundo, y cuándo podemos actuar mejor como Binah y hacer que nuestro medio ambiente nos fertilice y nos haga productivos. No debemos olvidar jamás que fecundarse a sí propio implica la esterilización en pocas generaciones y que es necesario seamos fecundados una y otra vez por el medio en que estamos operando. Tiene que haber un intercambio de polaridad entre nosotros y lo que nos hayamos propuesto hacer, debiendo estar constantemente alerta para encontrar las influencias polarizadoras, sea en la tradición, en los libros o en los colaboradores de nuestra esfera de actividad, y hasta en la misma oposición, los enemigos y antagonistas porque hay tanta fuerza polarizante en un odio enconado como en el amor, siempre que sepamos cómo usarla. Es necesario que recibamos estímulo si tenemos que crear algo, aunque no sea más que vivir bien nuestra vida. Kjokmah es el estímulo cósmico; todo lo que estimula pertenece a Kjokmah en la clasificación del Arbol, y los sedantes a Binah.  Obtenemos una comprensión más profunda de este principio de polaridad cósmica cuando estudiemos Binah, el Tercer Sephirah, porque apenas es posible comprender los efectos de Kjokmah sin referirnos a su opuesto polarizante con el cual funciona siempre. Por tanto, no llevaremos nuestro estudio más adelante en este momento, sino que concluiremos nuestra consideración de Kjokmah refiriéndonos a las cartas del Tarot que se le atribuyen, y reanudaremos nuestra investigación sobre tema tan significativo cuando Binah os haya proporcionado detalles ulteriores.

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