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jueves, 25 de octubre de 2012

Binah tercer sephirath....2.....

El significado de los nombres hebreos correspondientes al segundo y tercer Sephiroth son : Sabiduría y Entendimiento, y ambos se encuentran curiosamente contrabalanceados como si la distinción entre estos dos nombres fuera de capital importancia. La Sabiduría nos sugiere la idea del conocimiento acumulado de infinitas series de imágenes recogidas por nuestra memoria; pero el Entendimiento nos sugiere la idea de poder penetrar en su significado, de poder percibir su esencia y su interrelación, lo que no está necesariamente implícito en la Sabiduría, tomada como conocimiento intelectual. De esa manera obtenemos un concepto de una extensa serie, una cadena de ideas asociadas, en relación con Kjokmah, lo que concuerda con el símbolo de la línea recta.    Con respecto a la Comprensión, surge en nosotros la idea de la síntesis, de la percepción significativa que se produce cuando las ideas se relacionan entre sí, y, metafísicamente hablando, se superponen unas a otras en una serie evolucionante que va de lo denso a lo sutil. Es así como la noción del principio formador Binah retorna a nuestra mente.  Estos son los caminos sutiles de las operaciones mentales, que podrán parecer meras fantasías al que no esté acostumbrado a los métodos utilizados por el Iniciado; pero el psicoanalista los comprende y aprecia en su justo valor, ocurriendo lo mismo con el poeta que eleva hacia las nubes el vuelo de su imaginación.  El Sepher Yetzirah destaca la idea de la fé nacida del entendimiento, de la comprensión, la cual, a su vez, es hija de Binah, siendo ésta la única ubicación adecuada para la fe. Un cínico la describió un día como "el poder de creer en lo que sabemos es ilusión", lo que, en verdad, parecería ser una definición bastante exacta, especialmente para los espíritus mediocres, incultos,frutos de la disciplina sectaria y carentes de la luz mística. Pero, a la luz de la conciencia mística , podemos definir la fe como el resultado consciente de experiencias supraconscientes que no pueden ser expresadas en términos de nociones cerebrales, experiencias de las que la personalidad normal no está muy segura, aunque pueda experimentar sus efectos, y a veces con gran intensidad; las reacciones emocionales que entonces sufre, quedan fundamental y permanentemente modificadas por ella.   A la luz de esta definición vemos que la fe, en efecto, debe encontrar sus raíces en Binah, el Entendimiento, el principio sintético de la conciencia, porque hay un aspecto corpóreo de la conciencia, como igualmente lo hay de la substancia; aspecto que consideraremos detalladamente cuando lleguemos al estudio de Hod, el Sephirah básico del Pilar de Binah, la Severidad. Así vemos nuevamente cómo se concatenan los Sephiroth y la iluminación que resulta al observar sus mutuas vinculaciones.    La afirmación de que las raíces de Binah están en Amén se refiere a Kether, porque uno de sus títulos es Amén. Esto indica claramente que, siendo emanado de Kjokmah, Binah tiene su origen mucho más arriba, y que conviene buscarlo en la fuente de toda existencia, tal como surge del No Ser, lo Inmanifestado, fuente oculta tras los velos de la Existencia Negativa. Este concepto esta claramente formulado en un texto del Sepher Yetzirah que, hablando de Kjesed y de las fuerzas espirituales, dice : "Todas emanan una de otra en virtud de la emanación primordial, de la Corona Altisima: Kether".    No debemos confundirnos a este respecto por el hecho de que el texto yetzirático declare a propósito de Geburah que Binah, el Entendimiento, emana de las profundidades primordiales de Kjokmah, "pero de otra manera". En el Ser Puro, sin forma e indiviso como es, existen tanto las posibilidades de la fuerza como de la forma, pues donde existe un polo positivo se halla necesariamente el aspecto complementario de un polo negativo. Kether está permanentemente en estado de devenir. En efecto, un judío cabalista nos dijo que la verdadera traducción de Eheieh, el Nombre divino de Kether, es "Yo seré" y no "Yo soy". Este devenir constante no puede permanecer estático, sino que debe rebosar y ponerse en actividad, actividad que no puede permanecer sin correlación, sino debe organizarse. Es menester llegar a algún ajuste, intertensión o equilibrio. Así, implícita en Kether, tenemos la potencialidad tanto de Kjokmah como de Binah, porque es bueno repetir : los Santos Sephiroth no son cosas sino estados, y contienen una mezcla de estos factores en su estructura, de manera que todo el universo manifestado puede manifestarse acordemente en nuestra mente cuando establecemos allí el jeroglífico del Arbol. En realidad, una vez que formulamos y establecemos este jeroglífico, la mente lo usa en forma automática y los fenómenos complejos de la existencia objetiva se ordenan por sí propios en nuestro entendimiento. Es por esta razón que el estudiante del ocultismo que trabaja en una escuela esotérica preparatoria tiene que aprender de memoria las principales correspondencias de los Diez Santos Sephiroth, y no debe depender para nada de las tablas de referencia. Muchas veces se ha objetado que esto constituye una inútil perdida de tiempo y energía, y que las referencias de las tablas de correspondencia tales como"777" es un método mejor. Pero la experiencia ha demostrado que no es ése el caso, y que el esoterista que se propone cumplir con la disciplina necesaria y la repite diariamente, de la misma manera que los católicos rezan su rosario, encuentra su debida recompensa por la iluminación que recibe, y cuando su mente clasifica automaticamente todos los cambios innumerables de la vida mundana, ajustándolos sobre el Arbol, revélasele su significado espiritual. Siempre debe recordarse que el empleo del Arbol de la Vida no es meramente un ejercicio intelectual, sino un arte creado en el sentido más alto de la palabra, y que las facultades van desenvolviéndose en la mente, de la misma manera que la destreza y la técnica se desarrollan en el escultor o en el músico con el ejercicio cotidiano.    El texto Yetzirático se refiere específicamente a Binah como la Inteligencia Santificadora. Santificar evoca la idea de algo sagrado y puesto aparte. La Virgen María está íntimamente asociada con Binah, la Gran Madre, y de ese concepto pasamos a la idea de aquello que da nacimiento a Todo, reteniendo simultáneamente su virginidad, o sea, en otros términos, Aquello que no se implica en la vida de sus creaciones, sino que permanece aparte y tras la base de la manifestación, la substancia raíz de donde surge la materia; porque, aunque ésta tenga sus raíces en Binah, sin embargo, la materia, tal como la conocemos, es de un orden muy diferente del Sephirah Supremo, en cuya esencia existe. Binah, la influencia primordial formativa, la madre de todas las formas, está tras toda substancia manifiesta y más allá de ella; en otras palabras, es siempre Virgen. La influencia creadora que está tras todo cuanto tiende a formar, organizar, construir y curvar las líneas de fuerza para correlacionarlas y alcanzar la estabilidad, eso es Binah.   Estos dos Sephiroth básicos de la Tríada Suprema se llaman el Padre y la Madre, Abba y Ama, y sus imágenes mágicas son las de un varón con barba y la de una matrona, representando así, no la atracción que prevalece en Netzach y Yesod, representados por una doncella y un adolescente, sino por seres maduros que se han unido y ya han engendrado. Tenemos siempre que distinguir entre la atracción específicamente magnética y la función de la reproducción, pues no son la misma cosa, ni suquiera constituyen diferentes grados de la misma. Aqui se halla oculta una verdad trascendental que consideraremos en detalle a su debido tiempo.   Kjokmah y Binah representan, pues, la virilidad y la femineidad esenciales, en sus aspectos creadores. No son imágenes fálicas, aunque en ellos están las raíces de toda fuerza vital. Nunca comprenderemos los aspectos más profundos del esoterismo, a menos que comprendamos lo que realmente significa el falicismo. No tiene nada que ver con las orgías de los templos de Afrodita, que fueron la desgracia y la causa de la decadencia de las creencias paganas antiguas. Significa que todo se apoya sobre el principio de la estimulación de la potencialidad inerte por el principio dinámico que deriva directamente su energía de la fuente de toda fuerza. En este concepto se hallan ocultas las claves de inmensos conocimientos, y uno de los puntos más importantes de los Misterios. Es evidente que el género representa uno de los aspectos de esta ley, y es igualmente evidente que existen muchísimas otras aplicaciones que no son. No debemos de ninguna manera permitir que nuestros prejuicios acerca de lo que constituye el género o nuestros convencionalismos acerca de este tema grandioso y vital, nos amedrenten o nos hagan retorceder ante este gran principio de la estimulación o fecundación de lo inerte, pero potencialmente omnipotente, por el principio activo y dinámico. Quien se encontrare inhibido por sus prejuicios para estudiar la Verdad, no está en condiciones para afrontar los Misterios sobre cuyos portales están escritas las palabras "Conócete a tí mismo".   Ese conocimiento no lleva a la impureza, porque ésta implica la falta de control que permite a las fuerzas rebosar los límites que la misma Naturaleza les ha impuesto. El que carece del control indispensable sobre sus propios instintos y pasiones, está tan lejos de los Misterios como el que se halla inhibido por los prejuicios y convencionalismos. Sin embargo, es necesario comprender claramente que los Misterios no enseñan el ascetismo ni el celibato como condiciones indispensables para la realización, porque no consideran que el espíritu y la materia sean términos antinómicos e irreconciliables, sino, más bien, diferentes niveles de la misma cosa. La pureza no consiste en la castración, sino en saber mantener las distintas fuerzas en sus propios niveles sin permitir que las unas invadan la esfera de las otras. Enseña que la frigidez y la impotencia constituyen defectos tan serios como cualquier otro, debiendo ser considerados como patologías, de la misma manera que la lujuria, la que destruye su objeto y degrada.    Todas las relaciones de la existencia manifestada implican la acción de los principios de Kjokmah y Binah, como el género constituye una representación perfecta de ellos, es que fué utilizada por los antiguos, que no padecían de nuestros pudores y timideces al respecto, y que tomaban sus metáforas acerca de la reproducción con tanta libertad como nosotros tomamos ejemplos de la Biblia. Para ellos la reproducción era un proceso sagrado, y cuando se referían a él lo hacían con toda reverencia y no con impudor. Si realmente queremos comprender a los antiguos, debemos estudiar sus enseñanzas sobre las fuerzas vitales y las fuentes de la vida con el mismo espíritu que ellos lo hacían, pues nadie que no esté cegado por prejuicios y por las tinieblas de sus problemas personales no resueltos dejará de reconocer que nuestra actitud actual hacia la vida sería mucho más sana y agradable si tuviera algo así como un fermento del buen sentido y discernimientos del paganismo.    Los principios de Masculinidad y Femeneidad manifestados en Kjokmah y Binah representan más que simple polaridad positiva y negativa, activa y pasiva. Kjokmah, el padre universal , es el vehículo que la fuerza primordial, la manifestación inmediata de Kether. En realidad, es Kether mismo en acción, porque los distintos Sephiroth no representan diferentres cosas, sino múltiples funciones de la misma cosa : fuerza pura surgiendo a la manifestación desde el Gran Inmanifestado oculto tras los Velos de la Existencia Negativa.  Kjokmah en energía pura, lo mismo que la expansión de la gasolina dentro del cilindro de combustión; es fuerza pura. Pero así como esta fuerza expansiva se perdería si no hubiera una máquina a la cual trasmitiese su poder así también la energía no dirigida de Kjokmah irradiaría en el espacio si no hubiese algo que recibiera su impulso y lo utilizaría. Kjokmah estalla como la gasolina; Binah es la cámara de combustión; Gueburah y Guedulah son los movimientos alternados de los pistones.  Ahora bien: la fuerza expansiva de la gasolina es energía pura, pero no haría mover el coche. La organización constructiva de Binah es potencialmente capaz de hacer marchar el coche, pero no puede hacerlo si no es puesta en movimiento por la expansión de la energía acumulada en el vapor de gasolina. Binah es potencialmente ilimitado, pero inerte. Kjokmah es energía pura ilimitada e infatigable, pero incapaz de acción por sí propia, más que de irradiar en el espacio si no hay nada que la detenga. Pero cuando Kjokmah opera sobre Binah, entonces su energía se concentra y pone en acción. Cuando Binah recibe impulso de Kjokmah, todas sus energías latentes quedan vitalizadas. En otras palabras: Kjokmah suministra la energía, y Binah el motor.

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