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jueves, 25 de octubre de 2012

Binah tercer sephirath.....4.....

Habiendo ya prestado suficiente consideración a la elucidación del principio Binah obrando en polaridad con Kjomah (de otra manera es incomprensible, pues es esencialmente un principio de polaridad), consideraremos ahora el significado del simbolismo atribuído al tercer Sephirah, que puede dividirse en dos aspectos: el de la Gran Madre y el de Saturno, pues ambos atributos corresponden a Binah. Es la poderosa Madre de todos los seres vivientes e, igualmente, el Principio de la Muerte, pues la forma debe morir cuando ha cumplido su misión. En los planos de la forma, la muerte y el nacimiento son el anverso y el reverso de la misma moneda.  El aspecto maternal de Binah se expresa en el título dado de Marah, el Mar. Es un hecho curioso que se represente a Venus Afrodita naciendo de la espuma del mar, y que la Virgen María sea llamada por los católicos "Stella Maris", la Estrella del Mar. La palabra Marah, raíz del nombre María significa también amargura; y la experiencia espiritual atribuida a Binah es la Visión del Dolor o el Sufrimiento. Es una imagen que recuerda el cuadro de la Virgen llorando al pie de de la cruz, con su corazón atravesado por siete puñales. También hace recordar las enseñanzas de Buda que la vida es sufrimiento. La idea de la sumisión al dolor y a la muerte está  implícita en la idea del descenso de la vida a los planos de la forma.  El texto Yetzirático ya citado, cuando menciona a Malkuth, dice que es el Trono de Binah. Uno de los títulos dados al tercer Sephirah es Kjorsia, el Trono; y los ángeles asignados a este Sephirah son llamados Aralim, que signifca Tronos. Ahora bien, un trono sugiere esencialmente la idea de una base estable, un fundamento firme, sobre el que se sienta el Ser que tiene el Poder, y del cual no puede ser movido. En realidad, el trono es como un yunque o bloque que soporta la acción de retroceso, de la misma manera que el hombro del tirador soporta el golpe de retroceso de su carabina. Los grandes cañones tienen unos cimientos de concreto para resistir ese retroceso conforme deflagra el explosivo que impulsa al proyectil, porque es indudable que la presión en la culata del cañon debe ser igual a la ejercida en la base del proyectil cuando se efectúa el disparo. Esta es una verdad que nuestras idealistas tendencias religiosas  tratan de olvidar, con el consiguiente debilitamiento e invalidamiento de sus enseñanzas. Binah, Marah, la materia, es el yunque o culata que presta su segura base a la fuerza vital.  De la resistencia a la fuerza espiritual, como ya hemos notado, proviene la idea implícita del Mal, tan injusta cuando se trata de Binah. Esto se ve claramente cuando consideramos las ideas que surgen en relación con Saturno‑Cronos. Saturno implica algo muy siniestro. Es el Gran Maléfico de los astrólogos, y quien tenga una cuadratura de Saturno en su horóscopo lo considera como un aflicción muy grave. En efecto, Saturno es el que resiste, el adversario pero también es el estabilizador y probador que nos permite confiar nuestro peso a aquello que no podría soprtarlo. Es un punto altamente sugestivo, que el Trigésimo segundo Sendero (que va de Malkuth a Yesod y que es el primer Sendero del alma que se lanza hacia lo alto) depende, según la tradición, de Saturno. Es el dios de la forma más antigua de la materia. El mito griego de Cronos ‑nombre heleno del mismo principio‑ lo considera uno de los Dioses más antiguos, esto es, de los Dioses que crearon a los dioses.  Era el padre de Júpiter ‑Zeus, quien se salvó de sus garras gracias a una astucia de su madre, porque Saturno tenía la mala costumbre de devorar a sus hijos. En este mito encontramos nuevamente la idea de que quien da la Vida es también el dador de la Muerte. Como ya hemos visto, Saturno con su hoz se convierte fácilmente en la Muerte con su guadaña. Es muy interesante notar todos estos concatenamientos de ideas en relación con cada Sephirah, porque no podemos dejar de ver como la mismas imágenes se presentan una y otra vez siguiendo el curso de nuestras ideas, aunque, aparentemente, estén muy distantes de la Madre, el Mar y el Tiempo.  Cada planeta tiene una virtud y un vicio; en otras palabras, cada planeta, según los astrólogos, puede estar bien o mal aspectado, en exilio o dignificado. No podemos pasar por la vida sin notar que cada tipo de carácter tiene los vicios de sus virtudes, esto es, que las virtudes llevadas al extremo se convierten en vicios. Y así ocurre también con los siete Sephiroth planetarios: tienen sus aspectos buenos o malos, según las proporciones en que se manifiesten. Cuando hay falta de equilibrio debida a la fuerza desequilibrada de una particular, experimentamos su mala influencia; por ejemplo: Saturno devoraba sus hijos. La Muerte comienza a destruir la Vida, antes de que haya cumplido su función. Ningún Sephirah puede ser total y exclusivamente maléfico, ni siquiera Gueburah, que es la personificación de la destructividad. Todos son igualmente indispensables en el esquema total del conjunto, y su influencia relativa, buena o mala, depende del lugar que ocupen, del papel que desempeñen, el cual no debe ser ni muy fuerte, ni muy débil, sino equilibrado. Demasiada poca influencia en un Sephirah determinado, provoca un desequilibrio en su opuesto; demasiada influencia, se convierte en un mal positivo: es una dosis venenosa.  La virtud de Binah es el Silencio, y su vicio, la avaricia. Aquí vemos nuevamente cómo se hace sentir la influencia de Saturno. Keats habla de "Saturno, el de los cabellos grises, silencioso como una roca"; y en estas pocas palabras el poeta evoca una imagen mágica de la edad primordial, el silencio y la influencia de Saturno. En verdad, es uno de los dioses antiguos asociado al aspecto mineral de la Tierra. Su trono se encuentra en las rocas más antiguas, sobre las que no crece planta alguna.  Se dice que el silencio es una de las virtudes más deseables en la mujer. Sea como fuere, y sin poner en duda que su lengua es su arma más peligrosa, el silencio indica receptividad. Si guardamos silencio, podemos escuchar y, por ende, aprender; pero si hablamos, las puertas de nuestro espíritu permanecen cerradas. La resistencia y la receptividad de Binah son sus mayores poderes; y de estas virtudes surge el vicio provocado por su exceso: la avaricia, que niega demasiado y retiene hasta lo más indispensable. Cuando este vicio prevalece, necesitamos de la generosa influencia de Guedulah ‑ Gueburah (Júpiter‑Marte), influencia que destruye al viejo dios, el devorador de sus propios hijos, e instaura un nuevo reino.  Los símbolos mágicos de Binah son el Yoni y la Vestidura Externa de Ocultación, siendo este último un término gnóstico, y el primero una palabra hindú, que significan los órganos femeninos en correspondencia negativa con el falo masculino. El término "Kteis, menos conocido, es el equivalente europeo. En los símbolos religiosos de la India, el Yoni y el Lingam aparecen con suma frecuencia, porque la idea de la fuerza vital y de la virilidad son los motivos principales de sus ritos.  La idea de la Fertilidad es el motivo principal de los aspectos de Binah que se manifiestan en el mundo de Assiah, sobre el plano físico. La vida no sólo anima a la materia a fin de disciplinarla, sino que también surge de ella triunfalmente, aumentada y multiplicada. El aspecto de la Fertilidad que equilibra el aspecto Tiempo ‑ Muerte ‑ Limitación es esencial para nuestro concepto de Binah. El Tiempo ‑ Muerte ciega con su guadaña el trigo de Ceres; ambos son símbolos de Binah.  La idea de la Vestidura Externa de Ocultación sugiere claramente la materia, así como el esplendor envolvente de la Túnica Interna de Gloria del principio vital. Estas dos ideas juntas nos suministran el concepto de cuerpo animado por el espirítu : su Vestidura Interna de Gloria Espiritual, oculta a todos los ojos por la Túnica Externa de la materia densa. Una y otra vez, al meditar sobre estos misterios, encontramos nueva iluminación merced a la colección aparentemente fortuita de símbolos asignados a cada Sephirah. Ya hemos visto en nuestros estudios que ningún símbolo puede estar aislado y que toda penetración de la intución y la imaginación sirve para revelar largas líneas de entrelazamiento entre ellos.  Los cuatro Tres del Tarot son las cartas asignadas a Binah, y en verdad que el número tres está íntimamente asociado con la idea de la manifestación material. Las dos fuerzas opuestas encuentran su expresión en una tercera, el equilibrio entre ambas, que se manifiesta en un plano inferior al de los padres. El triángulo es uno de los símbolos asignados a Saturno, como el dios de la materia más densa, y el triángulo del Arte, como se lo llama, se emplea en las ceremonias mágicas cuando la intención de las mismas es la de evocar y hacer visible en el plano material algún espíritu. Para los otros modos de manifestación, siempre se usa el círculo.  El Tres de Bastos es el Señor de la Fuerza Establecida. Aquí tenemos nuevamente la idea del poder equilibrado, tan característico de Binah. Los Bastos, como podemos recordar,  representan la fuerza dinámica de Yod. Esta fuerza, cuando se encuentra en la Esfera de Binah, deja de ser dinámica para devenir consolidada.  Las Copas son, esencialmente, la fuerza femenina, porque la Copa o el Cáliz es uno de los símbolos de Binah, íntimamente vinculados con el Yoni en el simbolismo esotérico. El Tres de Copas se encuentra, pues, en su debido lugar en Binah, porque los dos juegos de simbolismo se esfuerzan mutuamente. El Tres de Copas, que significa Abundancia, representa la Fertilidad de Binah, en su aspecto de Ceres.  Al Tres de Espadas, sin embargo, se lo llama Sufrimiento, y su símbolo, en el juego de Tarot, es un corazón atravesado por puñales de la Virgen María, en el simbolismo cristiano, y María es lo mismo que Marah, la Amargura, del Mar. ¡ Ave María Stella Maris !  Las Espadas son, por supuesto, cartas de Gueburah y, como tal, representan al aspecto destructivo de Binah, como Kali, la esposa de Siva, la diosa hindú de la destrucción.  Los Oros son cartas terrestres y, de consiguiente, se encuentran en armonía con Binah, la madre de la forma. Por tanto, el Tres de Oros representa al Señor de las Obras Materiales, o sea la actividad en el plano de la forma.  Se observará que, así como los planetas ven reforzadas su acción cuando se hallan en signos del Zodíaco que corresponden a su propia Casa. también las cartas del Tarot, cuando el significado del Sephirah coincide con el espíritu de la lámina, representa el aspecto activo de la influencia; pero cuando el Sephirah y los símbolos representan influencias distintas, entonces la carta es maléfica. Por ejemplo, la lámina de Espadas es de mal augurio cuando se halla en la Esfera de Influencias de Binah.  Y, finalmente, para resumir : Nos hemos extendido tanto con Binah, porque así queda completo el Triángulo Supremo y el primero de los pares de opuestos. Representa no sólo a sí propio, sino también el funcionamiento de ambos polos, porque es imposible comprender ninguna unidad del Arbol salvo en relación con otras unidades con las que interactúa y se equilibra. Kjokmah sin Binah y Binah sin Kjokmah son incomprensibles, porque su par constituye una unidad funcional y no ninguno de ellos separadamente.

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